OBJETIVOS DE ESTE BLOG

Todo lo que somos es la suma de todos los momentos vividos, las experiencias ganadas y la sabiduría aprendida. Cuando aprendes matemáticas no sabes para qué, piensas que no te hará falta saber tanto si no vas a ser Matemático y, sin embargo, al crecer, adviertes la utilidad y necesidad de la materia.

Es complicado adverar cada una de las cosas que te han hecho como eres, que han conseguido que estés justo donde estás ahora, sin embargo creo que hay una base para todos que pasa desapercibida.

Cada día encuentro una solución a ese enigma… los hilos del destino. ¿Quién los teje?

No voy a dar una respuesta, sin embargo, explicaré cómo he cumplido uno de mis objetivos vitales:

Una vez tuve una amiga a la que traicioné. No la traicioné objetivamente, sino que le oculté un dato de mi vida personal. En la sociedad en la que vivimos, tener intimidad no está muy bien visto; ¿acaso no confías en tus amigos? ¿no sabes que hay reglas? Tienes que contar tus intimidades a tus amigos, si no, no son verdaderos amigos. Así las cosas descubrí que no eramos veradaeramente amigos, porque si no, en vez de distanciarnos, nos habríamos unido.

La cuestión que importa es que yo no hice las cosas correctamente. Hoy mismo he leído una frase que me ha calado hondo: «la sinceridad es un arma infalible para no causar decepciones» UN ARMA.

Aquí ha sido cuando realmente he entendido el enfado. 

Aun así, hace unas semanas escribí a esa amiga traicionada para quedarme en paz. Solo le dije lo que sentía. Lo que sentí en aquel instante hace ya cinco años, cuando perdí su amistad. Solo le dije cómo la veía en aquel entonces y cómo la sigo viendo, aunque ya no nos veamos. Fui sincera y creo, que en este caso, el arma que use fue un escudo. Porque no os equivoquéis lo más importante en la batalla de la vida comienza por conocerte a ti mismo, protegerte a ti mismo para después conocer a tu enemigo y proteger aquello por lo que luches.