Hoy he leído esa frase de una amiga.

Hoy me he dado cuenta de mi mutación.

Comencé aquel camino con ella, en la cama de mi madre. Cuando no tenía por qué, cuando no hacía falta una causa sino voluntad.

Me fui de allí. Y parece ser que dejé en aquella casa de mi infancia muchas más cosas de las que fui consciente:

Dejé aquellas tardes de domingo viendo Charmed, aquellas noches viendo Gossip Girl y aquellos puentes freakeando a True Blood, Walkind Dead, Twilight, etc.

Dejé aquellas noches escuchando música para poder dormir.

Dejé el miedo a la oscuridad.

Dejé la fobia a la soledad.

Dejé cosas inacabadas, que resulta que ahora terminan y parece que son causa suficiente para que una persona no imagine su mundo sin ellas.

Pero yo, yo no miré atrás, yo no decidí dejarlas allí, pero lo hice. Porque a veces la decisión más grande absorbe a las más pequeñas.

Y no quiero olvidar eso: los daños colaterales que también hay que tener en cuenta.

Dejé una vida, para comenzar otra. No puede decirse que no fue para mejor, porque lo fue.

Pero los días como hoy, soy tan consciente…

Era tan fácil engancharse a una nueva saga… encontraba respuestas en problemas ajenos

Era tan fácil escuchar música… simpatizaba con las letras sin haber sentido la realidad de las mismas

Era tan fácil tener miedo a la oscuridad… alguien encendía las luces para mi

Era tan fácil tener fobia a la soledad… alguien me acompañaba siempre

La vida es difícil a veces, y casi nunca es suficiente. Hoy mismo, mientras mi amiga escribía esa frase, yo decía: «no me da tiempo a vivir, le faltan horas al día, pero de verdad. ¿Será que vivo demasiado?«

Ahora sé la respuesta. NO. Ni si quiera he visto terminar True Blood, y de verdad que en su momento, me encantaba.

FniXX